martes, 1 de enero de 2013

Colonización de California

En el siglo XVII el imperio español controlaba gran parte del sur y centro América. Se había postergado la conquista de la costa oeste de norteamerica debido a su poco interés en cuanto a recursos naturales y su falta de puertos naturales.

La peninsula de baja California se empieza a colonizar a lo largo del siglo XVIII y es acelerada por el interés mostrado por Rusia por este territorio. La exploración de Rusa de América se centró en la exportación de pieles, que resultaba interesante debido a la sobreexplotación de Siberia. Esta explotación se limito mayormente a la actual Alaska, y no fue hasta 1799 que el Zar Pablo II dio permiso en exclusiva a la "Compañia Ruso-Americana" para explotar las tierras por debajo del paralelo 55.

En 1812 se constituyo un asentamiento Ruso llamado "Fort Ross" a unos 100 km al noroeste de la bahía de San Francisco. Lo que apresuró la creación de un nuevo asentamiento español, La Misión de San Francisco Solano en 1823, al norte de la bahía de San Francisco. Está sería la última misión construída para la conquista de la Alta California, y la situada más al norte.

La colonización española de California da comienzo cuando el misionero Juan María de Salvatierra establece la primera misión permanente en la peninsula de Baja California en 1697: La Misión de Nuestra Señora de Loreto Conchó. A la Alta California se llegó en 1769, con la misión de San Diego de Alcalá. Y hasta culminar con la arriba mencionada San Francisco de Solano se construyeron 21 misiones en la Alta California.

Estas misiones han dado lugar a los principales nucleos urbanos actuales de California como San Diego, Los Ángeles o San Francisco. Estos y otras pequeñas ciudades se pueden visitar a lo largo de la pintoresca Ruta 1 estadounidense.

 Ventura: Creado a partir de la misión San Buenaventura, fundada en 1782

 Santa Barbara: Donde todavía celebran su herencia hispana desfilando toda la caballería de la ciudad, de una manera un tanto estereotipada, en los "Spanish old days"

 Misión de Santa Barbara

 San Luis Obispo: Creado a partir de la misión San Luis Obispo de Tolosa, fundada en 1772. 
(El Obispo que le da nombre es originario de la Tolouse francesa)

 Big Sur: Sus espectaculares acantilados dan lugar a carreteras serpenteantes y vistas maravillosas. 
Lo cual lo hizó inapropiado para establecer asentamientos.

 San Francisco: Creado a partir de la misión San Francisco de Asís, fundada en 1776.
Este mosaico, situado en la misión, reflexiona sobre la colonización española.

jueves, 30 de junio de 2011

EUSKALDUNAK PATAGONIAN. ESKAL BERRIA

1897. urtea zen eta Julio A. Roca jeneralak amaitu berria zuen arrakastaz Desertuaren konkista, tehueltxe eta maputxe indioen aurkako kanpaina.

Florencio Basaldua bilbotarrak (1853-1932), Roca jeneralaren lagun min, abenturazale, lehiatsu eta utopiko, proposapen harrigarria egiten dio: Euskal Herri berria sortzea Argentinan. Izena iradokitzen du -Eskal Berri-, posizio posiblea adierazten du -44º30' eta 47º30' paraleloen artean- baita etorkizuneko herrien kokapenak ezartzen ditu ere.


1897ean Florencio Basalduak Julio A. Rocari, Argentinako Errepublikako presidente, proposatzen dion euskal koloniaren mapa. Zenbait herriren izenak irakur daitezke: Bilbao, Donostia eta Baiona (itsasaldean), Orduña, Pamplona eta Vitoria (barrualdean), Ibañeta, Andeak zeharkatzeko mendiportua...


Basalduaren ideia 10.000ren bat euskal familia eramatea da hiru urteren epean. Argi ditu helburuak: alde batetik, euskaldun horiek espainiar eta frantziar zapalkuntzatik urruntzea eta, beste aldetik, Europako Euskal Herriaren independentzia prestatzea Ipar Ameriketako irlandarrak eta poloniarrak egiten ari ziren eran.

Aipatu behar da garai hartan galestarren kolonia bazegoela Chubut ibairen arroan, etorkizuneko euskal koloniaren iparraldean.

Hauxe izango zatekeen Patagoniako mapa Florencio Basalduaren ideiak aurrera joan balira.

Baina, zer iritzi diote gai honi itsasoaz haraindian? Euskal Herri zaharreko egoera jasanezina da askoren ustez: Karlisten porrotak Foruen galera ekarri du (ondorio negatiboen artean, espainiar armadan derrigorrezko soldaduska egin beharra dago eta hau Ameriketarako emigrazioa bultzatzeko faktore garrantzitsu bat da). Euskarak nekez jasaten ari da hizkuntz erromantzeen aurreratzea. Liberalismoaren ideia berriak sartzen ari dira boteretsu euskal lurralde kontserbadoreetan...


Adema Zaldubik , Baionako kalonje ospetsu, erraten du: "Qui sait? Tandis qu’ici, aux deux versants des Pyrénées, tant de Basques se résignent trop aisément à l’extinction de leur nationalité, le même peuple se reproduira peut-être bientôt plus grand qu’il ne le fut jamais sur les plages libres que lui offre l’Amérique"

Sabino Aranak, Euskal nazionalismoaren sortzailea, ondoko hau diño 1894ean: "Nosotros, los euskerianos, debemos saber que la Patria se mide por la raza, la historia, las leyes, las costumbres, el carácter y la lengua, y que esta Euskeria nuestra podría ser tan Euskeria, asentada en las estribaciones occidentales del Pirineo y en el Golfo de Bizkaya, como trasladada a una isla del Pacífico o a las costas de los Grandes Lagos africanos"

Harrigarria da Aranak Argentinari buruz ezer ez esaterik, jakinda ere garai hartan milaka euskaldunen helburu dela. Agian, horren arrazoia , Aranaren izpiritu antikolonialistan bilatu behar da zeren eta, jarraian, hurrengoa eransten duen: "Mientras existan familias indígenas en los archipiélagos y en los extensísimos territorios del continente americano, a ellas pertenecen unos y otros y no a los europeos, que se los han usurpado a aquellas pobres gentes" Horrelakoak zizkion hamaika aldiz iraindurik izan den Sabinok!

Informazio gehiagorako jo Kepa Altonagaren ondoko lan interesgarrira Daniel Lizarralde medikuaren Moskorrak (1899) eta Florentzio Basalduaren Argentinako Euskal Herri Berria

LOS VASCOS EN LA PATAGONIA. ESKAL BERRIA

Era el año 1897 y hacia poco que el general Julio A. Roca había terminado triunfalmente la Conquista del Desierto, campaña militar contra los indios patagónicos -mapuches y tehuelches-

El vasco Florencio de Basaldúa (Bilbao, 1853), amigo personal del general Roca, aventurero, emprendedor y utópico, le hace una sorprendente propuesta: crear una nueva Vasconia en tierras argentinas. Sugiere un nombre -Eskal Berri-, indica su posible situación -entre los paralelos 44º30' y 47º30'- e, incluso, señala las localizaciones de algunas de las futuras poblaciones.


Mapa de la colonia vasca que Florencio Basaldúa propone en 1897 al presidente de la República Argentina, Julio A. Roca. Se pueden identificar en él localizaciones como: Bilbao, Donostia y Baiona (en la costa), Orduña, Pamplona y Vitoria (en el interior), Ibañeta, puerto que cruza los Andes...


La idea de Basaldúa es llevar unas 10.000 familias vascas a la nueva colonia en tres años. Sus objetivos son, por una parte, alejar a esos vascos de la tiranía española y francesa y, por otra, preparar la independencia Vasco europeo, al igual que lo estaban haciendo los polacos e irlandeses de Norteamérica.

Merece la pena recordar que para entonces ya existía una colonia de galeses en la cuenca del río Chubut, al N de la futura colonia vasca.

Este podía haber sido el mapa de la Patagonia si hubiera prosperado la idea de Florencio de Basaldúa.

Pero ¿que se pensaba en el País Vasco sobre esta posibilidad? En la vieja Euskal Herria eran cada vez más las voces que hablaban de una situación inaguantable: pérdida de los Fueros tras la derrota carlista (lo que trajo como consecuencia, entre otras, que los vascos tuvieran que realizar de forma obligatoria el servicio militar en el ejército español; el euskera, el idioma de los vascos, era incapaz de resisitir el avance de las lenguas romances; las nuevas ideas liberales se iban abriendo camino en el conservador solar vasco...

Adema Zaldubi , prestigioso canónigo de Baiona, exclama: "Qui sait? Tandis qu’ici, aux deux versants des Pyrénées, tant de Basques se résignent trop aisément à l’extinction de leur nationalité, le même peuple se reproduira peut-être bientôt plus grand qu’il ne le fut jamais sur les plages libres que lui offre l’Amérique"

Sabino Arana, fundador del nacionalismo vasco, dice en 1894: "Nosotros, los euskerianos, debemos saber que la Patria se mide por la raza, la historia, las leyes, las costumbres, el carácter y la lengua, y que esta Euskeria nuestra podría ser tan Euskeria, asentada en las estribaciones occidentales del Pirineo y en el Golfo de Bizkaya, como trasladada a una isla del Pacífico o a las costas de los Grandes Lagos africanos"

Es sorprendente que Arana no haga mención a Argentina, destino de decenas de miles de emigrantes vascos en esa época. Tal vez se lo impida su vivo espíritu anticolonialista porque, a continuación, añade: "Mientras existan familias indígenas en los archipiélagos y en los extensísimos territorios del continente americano, a ellas pertenecen unos y otros y no a los europeos, que se los han usurpado a aquellas pobres gentes" Cosas del mil veces injuriado Sabino Arana.

Se puede ampliar información sobre este tema en el interesante artículo de Kepa Altonaga Daniel Lizarralde medikuaren Moskorrak (1899) eta Florentzio Basalduaren Argentinako Euskal Herri Berria

LOS INDIOS HUITOTOS EN LA PRENSA ESPAÑOLA

"Cuando, el último día de agosto de 1910, Roger Casement llegó a Iquitos después de seis semanas y pico de viaje agotador que los trasladó a él y a los miembros de la Comisión desde Inglaterra hasta el corazón de la Amazonía..." (fragmento de El sueño del celta de Mario Vargas Llosa)...los lectores del periódico de Barcelona La Vanguardia ya conocían la situación que los británicos encontrarían allí. En efecto, este periódico catalán había publicado un par de meses antes, el 16 de Junio de 1910, y bajo el título Obra Humanitaria un artículo del vicepresidente de la Sociedad Libre de Estudios Americanistas, Enrique Deschamps sobre el tema del maltrato a los indígenas de la Amazonía. El núcleo de ese artículo estaba constituido por la denuncia de un, todavía, liberal Ramiro de Maeztu a la explotación de los indios huitotos (uitotos, witotos o güitotos) por la compañía cauchera inglesa Peruvian Amazon Company. Leamos un fragmento de esa denuncia: "...Se obliga a los indios a entregar cada día tantos kilos de caucho. Cada capataz es ayudado por una patrulla de hombres armados, que en algunas secciones no pasan de cinco y en otras no bajan de ochenta. Y si los indios no entregan cada diez días la cantidad señalada, son unas veces azotados, otras mutilados y otras fusilados. Adviértase que aquellos indios «huitotos» son sencillos, hospitalarios, incapaces de organizarse para ninguna clase de oposición y de protesta y, por añadidura, carecen de armamentos..." El citado artículo se puede leer completo en la magnífica hemeroteca virtual de La Vanguardia.

LOS CAUCHEROS DEL PUTUMAYO (PERÚ) Y DEL CONGO BELGA




Estas dos fotografías de principios de siglo XX nos muestran imágenes sorprendentemente similares.
Todos son recolectores de caucho, ninguno de ellos es blanco, ninguno de ellos habla una lengua europea o cree en un dios único y todopoderoso: son salvajes. Es posible que, incluso, hayan practicado el canibalismo.

Unos son los pobladores originarios de esa zona del Perú en la que viven, a orillas del río Putumayo (tal vez sean huitotos, ocainas, andoles, boras, muinanes, monuyas o rezígaros).

Los otros son los habitantes primigenios de las tierras bañadas por el río Congo africano (quizás sean bobangis, ntombas, batwas, basengeles o batendes).

A todos ellos se les ha encomendado la misión de civilizarse, de hablar lenguas europeas, de conocer la infinita bondad de su Salvador, de adquirir hábitos racionales de trabajo...
Para toda esa inmensa labor civilizadora el bondadoso blanco ha puesto a su disposición abnegados misioneros (que intentarán ganar sus almas para Dios) y ambiciosos hombres de negocio que harán que esos cuerpos salvajes trabajen extrayendo el preciado caucho de sus selvas.


Muchos son los escritores que han dedicado su genio a describir la tragedia que entre 1885 y 1908 arrasó la cuenca del Congo: Joseph Conrad, Mark Twain, Conan Doyle e, incluso, nuestro Bernardo Atxaga (Zazpi etxe Frantzian). Pocos han sido, sin embargo, los que se han ocupado de la tragedia que, aproximadamente en la misma época, se estaba desarrollando en la Amazonía peruana. Es evidente que el número de muertos marca la diferencia (de 5 a 10 millones en África frente a unos 100.000 en Ámerica) pero la barbarie de ambos procesos civilizadores fue muy similar.

Mario Vargas Llosa va a publicar el próximo 3 de Noviembre la novela "El sueño del celta" basada en la vida del irlandés Roger Casement. Este interesante personaje, actuando como cónsul inglés, tuvo el coraje de denunciar en su tiempo ambas situaciones, la del Congo y la del Putumayo.

Veamos que nos cuenta el excelente novelista (aunque blanquito civilizador) Vargas Llosa en esta nueva obra.

KATENERE, UN HÉROE DE LOS INDIOS BORAS

La historia del cacique bora Katenere queda escondida en la maraña de relatos que Vargas Llosa teje en "El sueño del celta".
Katenere es el protagonista de una rebelión contra la violencia que a principios del siglo XX estrangulaba física y mentalmente a los indígenas del Putumayo. Eran los tiempos del caucho. El cacique bora asesinó a Bartolomé Zumaeta -pariente del todopoderoso rey del caucho Luis César Arana- por haber violado a su mujer. Robó los rifles de sus jefes y al frente de un pequeño grupo de su tribu se internó en la selva. Durante dos años no pudieron detenerlo. Después llegaron su delación, tortura y asesinato, porque así suelen terminar las aventuras de los héroes del pueblo.

A pesar de ser el relato de la única rebelión indígena, ya sea en el Congo, ya en la Amazonía, de la novela, no ocupa ni una página completa:



"El joven cacique bora del lugar, llamado Katenere, una noche, apoyado por un grupito de su tribu, robó los rifles de los jefes y «racionales», asesinó a Bartolomé Zumaeta (pariente de Pablo Zumáeta), que en una borrachera había violado a su mujer, y se perdió en la selva. La Compañía puso precio a su cabeza. Varias expediciones salieron en su busca. Durante cerca de dos años no pudieron echarle mano. Por fin, una partida de cazadores, guiada por un indio delator, rodeó la choza donde estaba escondido Katenere con su mujer. El cacique logró escapar, pero la mujer fue capturada. El jefe Vásquez la violó él mismo, en público, y la puso en el cepo sin agua ni alimento. La tuvo así varios días. De tanto en tanto, la hacía azotar. Finalmente, una noche, el cacique apareció. Sin duda había espiado las torturas de su mujer desde la espesura. Cruzó el descampado, tiró la carabina que llevaba y fue a arrodillarse en actitud sumisa junto al cepo donde su esposa agonizaba o ya estaba muerta. Vásquez ordenó a gritos a los «racionales» que no le dispararan. El mismo le sacó los ojos a Katenere con un alambre. Luego lo hizo quemar vivo, junto con la mujer, ante los indígenas de los alrededores formados en ronda" (El sueño del celta, pág 221) .
Según parece los consumidores de narraciones literarias (o cinematográficas) prefieren héroes cercanos con los que identificarse y los creadores... se los dan.

Esta tendencia, que llega al paroxismo en las narraciones cinematográficas estadounidenses, está bastante generalizada.

En la reciente película de la directora española Icíar Bollaín, También la lluvia, un forzado happy end roba el protagonismo heroico al indígena encarnado por Juan Carlos Aduviri, Daniel (en representación de todo el pueblo boliviano de Cochabamba). El guión le obliga a rcompartir el papel de héroe con Costa, el cineasta español interpretado por Luis Tosar.

LOS INDIOS MAPUCHES Y LOS VASCOS

Cuando en nuestra infancia -en el País Vasco- repetíamos una cantinela que hacía comer morokil (una especie de papilla espesa de harina de maíz a la que se añadía leche caliente) a los indios mapuche, nos imaginábamos alguna de esas tribus indias que continuamente veíamos en las películas norteamericanas del Oeste. Indios como los sioux, apaches o comanches que luchaban contra el Séptimo de Caballería y que siempre perdían sus batallas.
Luego en el colegio nos hablaron de La Araucana, obra escrita en el siglo XVI por Alonso de Ercilla, de origen vasco (la torre de sus antepasados aún se mantiene en pie en el puerto de Bermeo), donde se describía la lucha entre españoles e indios americanos.
En ambos casos se hacía referencia al pueblo mapuche sin que tuviéramos idea de dónde situarlo y sin conocer nada de su historia.

Hoy encontramos otro sorprendente nexo de unión entre mapuches y vascos en la lucha del anarquista Ásel Luzárraga, encarcelado en Chile. Entre otros muchos sitios en la red, podemos leer aquí la transcripción de la entrevista que el activista vasco concedió al periódico anarquista El Surco en marzo de este año.

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Por nuestro lado, en el viaje por el N de Chile habíamos oído hablar con admiración de la lucha actual de los mapuches en defensa de su supervivencia como nación. En San Pedro de Atacama hablaban con escepticismo de las reivindicaciones aymara (más al N) y las contraponían a las de los mapuches: “ellos si están haciendo bien las cosas”.
Luego el terremoto del 3 de marzo, al hacer impracticables las rutas al S de Santiago nos impidió visitar su actual territorio en los alrededores del río Bio Bio. Sin embargo, fuimos oyendo de ellos en nuestro camino hacia Ushuaia..

Nos hablaron de que ya en el siglo XVIII los mapuches habían desbordado su hábitat originario (centro-sur de Chile) y se habían extendido hacia el E de la Cordillera andina. En 1750 los mapuches ya influían en las poblaciones indígenas patagónicas de la Argentina actual, no sólo mediante la generalización del uso de su lengua el mapudungun, sino en la extensión de algunas de sus prácticas económicas (cultivos, metalurgia, técnicas textiles...) y religiosas.


El proceso de araucanización (o mapuchización) de la Patagonia argentina se profundizó en el siglo XIX como consecuencia de la emigración de fuertes contingentes mapuches que huían de la violencia en los años posteriores a la independencia chilena.

Hoy la población mapuche, fundamentalmente urbana, mantiene vínculos con sus comunidades de origen y reclama el reconocimiento de su cultura y territorio. Algunas de sus organizaciones reclaman el derecho de autodeterminación como pueblo, reconocido en la Carta de Naciones Unidas. Territorio reivindicado por el pueblo mapuche.

Merece la pena entrar en alguna de sus páginas como http://www.mapuexpress.net/ y conocer sus inquietudes y reivindicaciones.

Por otro lado, volviendo a aquella obra literaria que no leimos en la juventud, La Araucana, hay que reconocerla como un gran poema épico que ningún mapuche debería dejar de leer. Los ingleses la consideran el mayor canto épico sobre la Conquista española, Voltaire encuentra en ella elementos de la Ilíada homérica y todos reconocen como hecho insólito el amor y la admiración que un español de la época de la Conquista, Alonso de Ercilla, tenía para con sus enemigos, los araucanos.

Prólogo del propio de Ercilla
"...Y si a alguno le pareciera que me muestro algo inclinado a la
parte de los araucanos, tratando sus cosas y valentías más extendidamente
de lo que para bárbaros se requiere, si queremos mirar su crianza,
costumbres, modos de guerra y ejercicio de ella, veremos que muchos
no les dan hecho ventaja, y que son pocos los que con tan gran constancia
y firmeza han defendido su tierra contra tan fieros enemigos como son
los españoles..."

Se puede disfrutar de esta epopeya mapuche en este texto de La Araucana comentado por el escritor chileno Carlos Ruiz-Tagle.

Ahora, afortunadamente, también se escribe en mapudungun, lengua mapuche:
Poema del escritor mapuche-chileno Lionel Lienlaf. La palabra huinca-winka se refiere a los conquistadores españoles (nuevos incas para los mapuches).