Después de visitar Cobá y subir a su pirámide, similar a las del Tikal guatemalteco, llegamos a Valladolid. Sin noticias de Ángel.
Nos alojamos en el hotel Nª Sra de Guadalupe, sencillo y correcto, y paseamos por la ciudad.Enseguida nos encontramos, en una tienda de artesanía y libros, con Jesús Rivero Azcorra, 84 años, que nos habla de sus antepasados vascos, llegados a Yucatán en el siglo XIX y que eran de una zona del País Vasco "camino de Francia". Es autor del libro Método para aprender a leer, escribir y hablar el idioma maya que compramos y nos lo dedica.
Hijo de maestros, aprendió el maya, dialecto yucateca, a los 9 años. Sus padres poseían una finca de muchas hectáreas y él trabajó incialmente como perito contable. Después de muchas peripecias financieras que nos cuenta prolijamente, el PRI le contrató como "asesor maya". Hizo 3 campañas con el candidato del PRI a Gobernador de Yucatán. El se encargaba de "hablar a los mayas" Los define, en un tono un tanto paternalista, como gente noble y sencilla, que te ofrecen todo lo que tienen en su casa: su tinaja de agua, su hamaca...
"Yo era de derechas. No estaba de acuerdo con la política del PRI pero cuando tuve esa oportunidad, me afilié... Mi cargo siempre me dió la posibilidad de mover algunas palancas y tener puestos de responsabilidad"
Le grabamos algunas algunas frases en yucateca.
"Así les hablo yo a los mayas" dice.
Poco después en una cafetería cercana nos encontramos con un camarero entusiasta del maya yucateca.
"Lo escribo a veces" nos dice y critica el libro del asesor.
"El alfabeto se basa en el español. Ahora se han introducido nuevas letras para acercarse más a la pronunciación maya"
Nos vienen a la mente viejas polémicas en Euskadi.
"No se está haciendo nada para conservar el idioma. Los padres no lo enseñan a los hijos. Prefieren que aprendan español o inglés. En las escuelas no se utiliza para nada...Se está perdiendo"
Una historia conocida y universal.
En Mérida, casi 1 millón de habitantes, no se oye prácticamente el idioma indígena. Algunos jóvenes nos dicen que entienden algo, que sus padres o abuelos lo hablaban, que es una pena pero..."
Sólo algunas indias ataviadas con sus trajes tradicionales que venden pulseras, cintas o cinturones a los turistas se dirigen en su lengua a los hijos que van con ellas.
El idioma de los constructores de la impresionante Chichén-Itzá, Cobá, Tulum... corre el peligro de desaparecer a manos de las lenguas imperiales.
(Zócalo de Mérida, 16-11-2009)
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